«Debemos elegir entre ser incendio o ser bosque, ser transparencia de manantial o ser la cloaca de una gran ciudad»
Hoy, en la clase de Lengua de 2º de ESO de Torrealba, hemos trabajado y dialogado sobre esta entrevista realizada por Cristina Suárez Vega a Joaquín Araújo, publicada aquí:
En Wikipedia hemos encontrado una breve biografía de Joaquín:
"Joaquín Araújo Ponciano (Madrid, 31 de diciembre de 1947) es un naturalista y autor español de numerosos libros. Columnista habitual en los principales periódicos de España, trabaja asimismo como director, realizador, guionista y presentador de series y documentales de televisión.12 Es presidente de Proyecto Gran Simio en España.3Fue colaborador de Félix Rodríguez de la Fuente, llegando a participar en algunos programas de la celebrada serie "El Hombre y la Tierra", durante los años 1970. En 1991 su labor fue reconocida con el Premio GLOBAL 500 de la ONU.4 En 1992, escribió y publicó un libro infantil titulado ¡Viva la vida! Fraternidad con la naturaleza, ilustrado por Willi Glasauer, y publicado por Círculo de Lectores. Ganó el Premio Ondas Mediterráneas de Difusión y Sensibilización 20045 y el Premio Fundación BBVA a la Difusión del Conocimiento y Sensibilización en Conservación de la Biodiversidad 2006.6Araújo vive en una finca cerca de Navatrasierra de la comarca de Las Villuercas, donde practica la agricultura ecológica, y a donde llegó con 21 años cuando todavía las carreteras no estaban asfaltadas, sintiendo un verdadero flechazo por esa tierra".
Transcribimos, a continuación, la entrevista que hemos trabajado en clase, publicada en la web de Leroy Merlín, empresa que agradecemos que colabore con el fomento de la Biodiversidad.
Joaquín Araújo, uno de los más reconocidos naturalistas del país con 50 años de divulgación ambiental a la espalda, reflexiona sobre la urgencia de salvar la biodiversidad y aprender de la naturaleza para hacer frente a los retos del siglo XXI. Una gran y bella misión que solo podrá lograrse con el compromiso individual de todos.
El naturalista Joaquín Araújo (Madrid, 1947) habla de su nombre como si todas las letras que lo componen hubieran sido encontradas en la naturaleza. En esa «fortuna inaudita, la vida entre la vida», como escribe en sus poemas.
Son cincuenta años dedicados a la naturaleza, una vida que no es la del ser humano, pero que está íntimamente relacionada con él. «Así son el azar y lo espontáneo. La creatividad de la vida y sus soportes son un regalo que debemos de agradecer», escribe en uno de sus poemas que llenan, infinitos, sus cuadernos.
Autor de 87 libros y 2.000 artículos, coautor de otra docena, director de ocho enciclopedias, guionista de 340 documentales. Ese es tan solo el principio de su camino.
Nos atiende por teléfono después de volver a su hogar en Navatrasierra, una localidad extremeña que no supera los 100 habitantes, tras un fin de semana plagado de conferencias. Allí le espera su huerta, su campo, su tan ansiada «austeridad». Una defensa de lo que le (nos) ha dado la vida: la naturaleza.
P.- Su trayectoria da vértigo. ¿Cómo se viven 50 años siendo naturalista?
Es una fortuna inaudita. Tuve la suerte de mi parte y, entre las miles de elecciones posibles, yo, sin duda, escogí la mejor. Y de ahí no me bajo. Siempre digo que elegí ser vida entre la vida, procurar que hubiera más vida y no menos, disfrutar del más bello espectáculo del universo, que es la vida de nuestro planeta. Es sumamente bella, fascinante.
P.- ¿Cómo cree que influye, particularmente, su recorrido por la naturaleza en el entendimiento que la sociedad hace de ella?
P.- Precisamente Achim Steiner, administrador del Programa de la ONU para el Desarrollo, no está satisfecho con la situación del mundo. «Si no actuamos ahora, los libros de Historia escribirán sobre nuestro fracaso», dijo en una reciente entrevista publicada en El País. Pero ¿acaso no hemos oído esa frase demasiadas veces? ¿Por qué parece que la humanidad no acaba de asumirlo como merece?
Es importante matizar que hemos conseguido que haya un estado de opinión generalizado sobre el bienestar del planeta, y eso no lo habíamos visto antes. Tenemos a empresarios y gobernantes, además de ciudadanos, siendo conscientes de la situación. Nadie puede aducir que no sabe lo que está pasando: no hay un día en el que no se hable de ello. Todo se quiere un poquito más verde, por lo menos. Sin embargo, el ser humano es un esclavo activo de sí mismo y ser responsable, incluso con lo que uno mismo piensa, exige mucho esfuerzo.
Hay una diosa que embelesa a todo el mundo, y es la señora comodidad. Trabajar para que haya más vida, intentar frenar un consumismo delirante y su consecuente consumo de energía para alimentarlo es inútil sin esfuerzo y sin renuncia. Y, además, exige algo que, a pesar de ser una de las mejores aportaciones del pensamiento humano y una de las mejores formas de ser libres, nadie lo quiere: la austeridad. Si nos fijamos, la naturaleza surge de austeridades sucesivas, hace mucha belleza con muy poco. Nosotros vamos al revés, tenemos mucho y sabemos hacer muy pocas cosas bellas porque somos una civilización tremendamente materialista.
P.- ¿Cómo podemos abrazar esa austeridad (si es que aún estamos a tiempo)?
P.- Puede que sea en nuestra existencia alejada de la austeridad donde encontremos la respuesta a por qué los animales están encogiendo, como demuestra un artículo publicado en la revista ambiental Quercus sobre algunas especies, como los ratones de campo de Doñana, que pesan ahora un tercio menos que hace 40 años; o las salamandras de los montes Apalache, que han mermado un 8% desde 1960.
P.- En tu último libro, Los árboles te enseñarán a ver el bosque, hablas sobre la importancia de la floresta, y de lo vital que nos resulta para sobrevivir. El 80% de la dieta humana está compuesta por plantas pero, ¿entendemos la importancia del bosque?
P.- Y sostiene a las culturas locales. De hecho, según la ONU, son los pueblos indígenas los que mejor gestionan y protegen los bosques.
P.- Si asumiéramos esa realidad de los bosques, ¿estaríamos ahora mismo donde estamos?
Es que nosotros mismos somos una consecuencia del bosque. Y si ponemos el foco en la contaminación, en los elementos que están propiciando la catástrofe climática, el bosque también es el principal antídoto. Hay un gran refrán que dice «si quieres pájaros, planta árboles». En lo que nos concierne, los pájaros son el futuro.
P.- ¿Es posible recuperar esa relación con la naturaleza? O hemos llegado tarde.
En general, no. Como he dicho antes, hay una notable tendencia a prestar más atención a la naturaleza. Ahora es un tema casi normal. La salud del medio ambiente es terrorífica, pero hay una ingente cantidad de reacciones. La cosa es si queremos llegar a tiempo o no, porque somos muy procrastinares.
P.- Y nos ha visitado la pandemia. De hecho, en su libro casi lo predijo, porque ya hablaba entonces de la vida reposada en contacto con la naturaleza, de la pausa, de la importancia de cuidar de nuestro consumo y la obligación de frenar nuestro sistema insostenible.
Los ecólogos han demostrado que hay una relación entre la pérdida de la salud y la potenciación de la pandemia. Se podría decir que, porque hemos quitado árboles de en medio, hay virus más libres.
P.- Ahora estamos inmersos en otro debate, en el de la petición del ministro de Consumo, Alberto Garzón, para reducir nuestro consumo de carne. ¿Es una mera responsabilidad del ciudadano?
Garzón tenía muchísima razón. Pasó algo similar con lo del gasoil: Teresa Ribera habló de eliminarlo diez años y todo el odio cayó sobre ella cuando ese gasoil tenía que estar prohibido por cuestión de salubridad pública desde hace, por lo menos, 20 años. Que se mueran millones de personas por contaminación y que la mitad de la humanidad está destinada a alergias por ello es realmente alarmante. En cuanto a la responsabilidad ciudadana, al final, tú tienes posibilidades de contribuir a que haya más o menos vida. Como dije antes, tendemos a esperar a que actúe el gobierno, pero la piedra angular de la ética ecológica es que el desarrollo sostenible consiste en no esperar a nadie.
P.- Mientras tanto, buscamos soluciones al cambio climático, pero nos llevamos por medio la biodiversidad en el intento. ¿Cómo aseguramos nuestro futuro sostenible sin borrar el de cientos de especies?
Que el plan básico para luchar contra la catástrofe climática pueda ser un instrumento de destrucción de biodiversidad es terrible y, curiosamente, es una de las cuestiones más fáciles de arreglar. El mejor parque eólico y el más sensato es el de Gran Canaria, situado en el polígono industrial de Las Palmas de Gran Canaria, porque está construido en una zona que ya había sido afectada antes por el ser humano. Todo es cemento, pero ya estaba
P.- Cerremos con una nota positiva. ¿Hay algo que estemos haciendo bien?
Miles de cosas. Somos una extraordinaria minoría. Se han conseguido unos cimientos culturales y hay, por lo menos, 2.000 o 3.000 iniciativas en el país. También es cierto que, a la vez, se queman 300 o 400 millones de árboles, pero hay que actuar como si estuviéramos a tiempo. Seguiremos plantando árboles hasta el último suspiro.
Por Cristina Suárez Vega
FICHA DE TRABAJO DE LA ENTREVISTA CON LOS ALUMNOS
PROYECTO: "Los alumnos que plantaban árboles".
OBJETIVO: COMPRENDER TEXTOS DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA.
LECTURA COMPRENSIVA Y RESOLUCIÓN DE DUDAS DE VOCABULARIO DE LA ENTREVISTA A JOAQUÍN ARAÚJO.
A) LECTURA INDIVIDUAL DEL TEXTO EN SILENCIO.
B) LECTURA EN VOZ ALTA Y RESOLUCIÓN DE DUDAS DE VOCABULARIO.
GLOSARIO DE VOCABULARIO (DUDAS DE LOS ALUMNOS)
C) ENCONTRAR EL SENTIDO A LA ENTREVISTA: IDEA PRINCIPAL, IDEAS SECUNDARIAS.
Idea principal del texto:
El autor nos hace una invitación esperanzada a que cada persona sea libremente austero en su modo de vida personal para dar un impulso al cuidado y conservación de la Naturaleza.
Ideas secundarias:
- Ser bosque antes que incendio, transparencia de manantial antes que cloaca.
- Nuestra causa más urgente como seres humanos es la de la conservación de la vida.
- El ser humano es un esclavo activo de sí mismo y ser responsable exige mucho esfuerzo.
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